La Ruta de los Volcanes recibe este nombre gracias al científico y geógrafo alemán, Alexander Von Humbolt, quien tras su llegada a Ecuador en el siglo XIX, constató la simetría y alineación casi perfecta de los volcanes, nevados y paraísos naturales, que desde siempre han sido los protagonistas de un espectáculo auténtico.
La Ruta de los Volcanes, uno de los circuitos más importantes de Ecuador.
Cayambe, el tercer nevado más alto del Ecuador, ubicado en la Ruta de los Volcanes.
El Cotopaxi, en la Ruta de los Volcanes.
Las paradas de la Ruta de los Volcanes.
A continuación, encontrarás algunos atractivos de esta ruta:
- Cayambe. A 5.790 msnm se encuentra una de las tres cumbres del Cayambe, el tercer nevado más alto del Ecuador y uno de los pocos volcanes que es atravesado por la línea equinoccial. Es un destino ideal para los amantes de la aventura y la adrenalina. Desde el refugio Ruales Oleas Berge ubicado a 4.600 msnm se puede obtener una vista panorámica espectacular de algunos de los picos de la “Ruta de los Volcanes”. Además, será posible disfrutar de la gastronomía típica del lugar.
- Antisana. El glaciar más extenso del país se encuentra en el nevado Antisana a 5.704 msnm. Sus picos, por lo general, se mantienen cubiertos de nieve debido a las precipitaciones que provienen de la cuenca amazónica. El volcán de dos cumbres puede ser admirado desde la zona de Papallacta o también desde la laguna de la Mica, donde es posible realizar senderismo, ciclismo, camping o actividades de montaña.
- Los Illinizas. Son dos cumbres divididas de un mismo volcán. Las montañas gemelas representan el escenario ideal para quienes buscan prepararse para escalar nevados más altos. La cumbre norte ubicada a 5.126 msnm posee una pendiente irregular, no obstante, la cumbre sur que alcanza los 5.248 msnm presenta mayor complejidad para el ascenso.
- Cotopaxi. Es uno de los volcanes activos más altos del mundo y el segundo de mayor altura en Ecuador (5.897 msnm). Se cree que su nombre significa “cuello de luna”. Sus nieves rodean a su temible cráter humeante del que han bramado fuertes erupciones. En su planicie se encuentra el Parque Nacional Cotopaxi, un lugar ideal para disfrutar de la flora y fauna andina.
- Quilotoa. Este volcán es conocido ya que dentro de su cráter reposan las aguas azul turquesa que dan vida a la famosa Laguna del Quilotoa. La laguna se encuentra dentro de la Reserva Ecológica Illinizas, un lugar ideal para caminar por senderos que conducen a los parajes donde habitan la diversa flora y fauna ecuatoriana.
- Tungurahua. El coloso conocido como “Garganta de Fuego” es otro de los volcanes activos del Ecuador. A sus 5.023 msnm, el Tungurahua brinda un espectáculo de color, cuando por las noches, desde las ciudades de Ambato o Baños se puede ver el descenso de incandescentes rocas que caen en medio de la explosión.
- Chimborazo. El Chimborazo es la montaña más alta del Ecuador y el punto más lejano del centro del planeta. Su cumbre alcanza los 6.268 msnm y sus faldas reposan a 4.800 msnm, lo que lo convierte en un espectacular mirador natural. El volcán que se encuentra dentro de la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, está rodeado por miles de hectáreas donde habitan variadas especies de flora y fauna. Las achupallas y vicuñas dan vida al impresionante paisaje andino.
- Altar. Aunque ahora es un volcán inactivo, el Altar fue considerado, antiguamente, un súper volcán. Se cree que sus cumbres fueron las más altas del Ecuador y que un inmenso deslizamiento afectó su forma y que las dejó a 5.319 msnm. En quichua, el volcán es conocido como Capac-Urcu que significa “Cerro Sublime”. En su cráter reposa la Laguna Amarilla, una maravilla natural que está rodeada de picos con forma de altar.
- Sangay. Conocido por estar en constante erupción, el Sangay es el volcán más sureño del Ecuador. Su superficie se encuentra entre los Andes y la Amazonía. Las historias cuentan que, antiguamente, los nativos de la zona presenciaron sus violentas explosiones y por ello le bautizaron con el nombre Samkay que significa espantar.
Las maravillas naturales que fluyen a lo largo de la Ruta de los Volcanes constituyen impresionantes atractivos turísticos ecuatorianos.
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