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Restaurantes exóticos: otros gustos, otros ámbitos

Ya sea por sus peculiares menúes o sus originales decoraciones, existen en el mundo restaurantes que invitan a una experiencia inusual. Aquí repasamos algunos.

Pétalos de rosas, mezcal, tuna, tequila, jicama con chile; esos eran los extraños gustos que invitaba a probar aquella heladería de Guadalajara a la que, con lógica curiosidad, entré sin pensarlo. Probar cuatro de aquellas originales especialidades fue una experiencia sumamente enriquecedora, ya que a partir de ella se despertó en mi paladar la necesidad de conocer nuevos sabores cada vez que se diera la oportunidad durante un viaje. La anécdota sirve como introducción al mundo de los restaurantes exóticos, que también puede incluir a locales como el citado o sitios marcadamente extravagantes en cualquier punto del planeta.

En este último caso vale mencionar el Heart Attack Grill de Las Vegas, que más que exótico pasa directamente a la categoría de bizarro (su nombre lo dice todo), lo que no impide disfrutar de una buena cena o un buen almuerzo de comida rápida.

Situado sobre la Fremont Street, en el downtown de la ciudad, es un restaurante que maneja el concepto de un hospital: las camareras juegan el rol de "enfermeras" y están vestidas como tal; y los clientes, al ingresar, deben vestirse con un atuendo típico de los “pacientes” (reciben un tradicional camisón de sanatorio). A la vez, deben marcar sus pedidos en órdenes que simulan “prescripciones” o “recetas médicas”. El menú incluye hamburguesas "simples", "dobles", "triples" y "cuádruples", que van de los 230 a los 910 gr., papas fritas sin límite, cerveza, tequila y otras bebidas cola. Pero, también está el irónicamente llamado “Octuple Bypass”, que contiene ocho hamburguesas que representan 20 mil calorías.

En uno de sus rincones, puede verse, además de las “salvajes” fotos de los menúes, el también irónico eslogan del lugar: “Luchando contra la anorexia desde 2005”.

Por supuesto, no hace falta decirlo, todo es un juego que sólo tiene por finalidad saborear exquisitas hamburguesas, sí, quizás, excediendo en gran medida la media de calorías acostumbrada.

En ese contexto “bizarro” pero yendo un poquito más lejos, también se puede hacer referencia al Twin Stars Diner, de Moscú, donde todos los camareros y bartenders son hermanos/as gemelos vestidos de forma idéntica.

Otra exótica opción es el bar-museo del talentoso artista suizo H. R. Giger, creador del diseño de la recordada película Alien (1979).

Este particular sitio se encuentra en la ciudad medieval de Gruyères, a 120 km. de Ginebra, y recrea la escenografía del film, a la vez de atesorar admirados trabajos del creador –esculturas, pinturas, muebles–, cuyo estilo se caracteriza por las formas biomecánicas y la mezcla de fisonomías orgánicas y artificiales. De esta forma, los visitantes pueden tomar un trago o comer algún plato liviano en una asombrosa “caverna de vértebras de hierro”.

ENTRE PECES Y GRANDES DIENTES DE AJO.

Como lugar asombroso, más allá de su propuesta gastronómica, figura Ithaa, en las Islas Maldivas, considerado como “el primer restaurante submarino del mundo”.

Se trata de un establecimiento recubierto de cristal acrílico y situado a cinco m. bajo el nivel del mar en el Hilton Maldives Resort & Spa Rangali Island, que gracias a su especial estructura ofrece a los comensales una vista de 180° de la vida marina circundante y magníficos corales.

Con 5 m. de ancho y 9 m. de largo, dispone de capacidad para 14 personas, quienes tienen la posibilidad de probar platos locales con un toque occidental mientras contemplan tiburones, rayas y múltiples peces del arrecife.

Volviendo al plano más excéntrico de estos sitios nos debemos dirigir a San Francisco, donde The Stinking Rose ofrece todos los platos de su amplio menú preparados en base a un ingrediente no tan bien considerado por muchos: el ajo.

Ya desde su nombre, “La Rosa Apestosa” –tal como se conoce al ajo históricamente– es un lugar más que exótico, aunque está ubicado en la hermosa zona de North Beach, en el 325 Columbus Avenue, a solo dos cuadras de la famosa librería City Lights.

De esta manera, el ingrediente de tanta mala fama se hace presente en carnes, cangrejos, pastas, sopas, pollos, pizzas y otros tantos platos. Y si vamos a comer con ajo, vamos a hacerlo de forma contundente, o sea pidiendo un plato como Dios manda, la bagna cauda: dientes de ajo asados al horno en aceite extra virgen de oliva y mantequilla con un toque de anchoas, acompañados con focaccia tibia. Sin palabras.

Vale detallar que el menú está elaborado teniendo en cuenta que no todos los paladares “soportan” la pureza de este ingrediente tan peculiar, razón por la cual hay platos suaves para los principiantes, potentes para los más fanáticos e incluso alguno sin ajo, destinado a aquellos que sólo quieran disfrutar del aroma de “la rosa apestosa” y el ritual que han creado en torno a ella en este restaurante.

Por supuesto, como en casi todo local de Estados Unidos, existe una tiendita donde se pueden comprar salsas y otros productos relacionados con el ajo.

COMER EN LA ALTURA Y OTRAS EXCENTRICIDADES.

La idea fue de dos emprendedores belgas en 2007: ofrecer una cena de lujo en una mesa suspendida por una grúa a una gran altura. La iniciativa –denominada Diner in the Sky– tuvo tanto éxito que, a partir de aquel año, comenzó a ser ofrecida en una gran cantidad de ciudades, aparte de Bruselas: Roma, París, Las Vegas, San Pablo y Sídney, entre otras.

En ese contexto, la experiencia puede ser vivida en el Hotel Four Seasons Pudong, en Lujiazui, el distrito financiero de Shanghái, donde “cuelgan” la mesa a 50 m. Aquí, además de la altura, se suma el enjambre de rascacielos futuristas que hay alrededor, que le agrega a la vivencia un toque de película de ficción.

La propuesta es para 22 comensales –de alto poder adquisitvo, vale aclararlo– a los que se les suman “en el aire” un cocinero y un camarero.

Cada uno de ellos está amarrado a su asiento por un cinturón especial de seguridad y con los cubiertos colocados en la mesa sobre una superficie antideslizante, lo que les permite saborear el exquisito menú y deslumbrarse con las vistas de la superficie (abajo) y la arquitectura de los sofisticados edificios vecinos.

Otra propuesta llamativa es la del Sci-Fi Dine-In Theater Restaurant, en los Hollywood Studios, en Walt Disney World. El lugar está inspirado en los autocines de la década del 50 en Estados Unidos, así que las “mesas” son los tradicionales automóviles convertibles de aquella década y los camareros atienden en rollers. De esta forma, los comensales, cómodamente instalados en antiguos y elegantes Cadillacs, Pontiac y Plymouth disfrutan de sabrosos menús americanos y películas de aquellos tiempos como “Plan 9 del espacio sideral” y “Frankenstein versus el monstruo espacial”, entre otras.

Cruzando a Europa, puntualmente en París, nos encontramos con una invitación similar a la de “La Rosa Apestosa”: la de Pomze, un encantador sitio donde todos los sofisticados platos están preparados a base de manzanas.

También están muy de moda, en muchas de las principales ciudades del mundo, los restaurantes donde se come completamente a oscuras, cuya finalidad es agudizar el sentido del gusto pero, a la vez, vivir un rica experiencia sensorial con el tacto, el oído y el olfato.

Para cerrar, una de las propuestas más exóticas que puedan encontrarse en la actualidad: platos concebidos únicamente con materias primas del Amazonas. Se trata del ámaZ Restaurante, de Lima, donde indefectiblemente el comensal conocerá sabores únicos en el mundo.

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