Se dice que Quito es la ciudad de las iglesias. Y cómo no, si es un hecho que está cerca del cielo: específicamente a 2.850 mts sobre el nivel del mar. Son 60 iglesias, capillas, monasterios, conventos y salas capitulares que tiene Quito, y que aportan a que la capital ecuatoriana cuente con uno de los cascos históricos más bonitos y mejor conservados de Latinoamérica.
Extremadamente angosta, sumamente larga. De calles estrechas, irregulares, ancestrales. De tacos insufribles, poseedora de un clima particularmente bipolar. Así es Quito, una ciudad de estampa antigua que ha sabido renovarse y convertirse en un lugar lleno de vida, de muchos panoramas y, lo mejor de todo, con precios convenientes.
Por eso, aquí algunos de los mejores panoramas que nos regala la capital ecuatoriana.
Centro histórico: museo al aire libre
Hablar de Quito es hablar de su Centro Histórico. De él pueden escribirse páginas y páginas, comentando acerca del arte barroco de las iglesias, del sufrimiento sobrecogedor que se desprende de los Cristos quiteños, de los inmensos retablos dorados o de las centenarias historias que cuentan cada una de sus casonas.
La mejor forma de recorrer el centro de Quito es caminando. Una buena idea es comenzar por la calle García Moreno o también llamada calle de las siete cruces, debido a que en esta ruta es posible encontrar cinco iglesias, las que son fieles exponentes del estilo barroco quiteño de la colonia que caracteriza a la ciudad.
Caminando por García Moreno se encontrará también con la Plaza de la Independencia, también llamada Plaza Grande o Plaza Principal, en pleno corazón del casco antiguo. Un gran lugar para detenerse un poco, mirar a las señoras con sus trajes típicos, sombreritos y niños al hombro y, por supuesto, tomar un glaseado, refresco típico y casi obligado para aliviar el a veces implacable calor de Quito.
Museo Casa del Alabado
Muy cerca de la calle García Moreno, en las intersecciones de las calles Cuenca y Bolívar, se ubica el museo Casa del Alabado, que funciona desde hace un año en una vieja casona patrimonial. Tiene una completa muestra de arte precolombino, pero destaca sobre todo por lo ingenioso de la disposición de las obras, basada en la percepción del mundo de los indígenas. La exhibición se divide en inframundo, mundo, medio y supramundo, ubicados en el sótano, parte media y terraza del edificio, respectivamente, dándole un ambiente muy particular a la interpretación del arte de culturas como la chorrera, mayo-chinchipe, cañari, napo, inca, entre muchas otras. Está abierto de martes a sábado hasta las 16.00. www.alabado.org
Quito desde la cúpula
La iglesia Compañía de Jesús es una de las más concurridas e importantes, y donde se encuentran los restos de Santa Mariana de Jesús, la primera santa de Ecuador. La iglesia, sus retablos y sus columnas no sólo sorprenden por lo magnánimo de las obras y la capacidad de reproducir lo más fielmente posible el arte europeo "en boga" en tiempos coloniales aquí en las alturas de Quito.
También asombra por el ingenio de los indígenas, que supieron plasmar sus creencias y sensaciones en pequeños detalles de la construcción. Un ejemplo son las pequeñas figuras de los ángeles, los que aparecen representados con sus mejillas ruborizadas, característica propia de la gente del altiplano.
Otros de los grandes atractivos de esta iglesia es que es posible subir hasta su campanario. Por un valor de US$ 8 es posible subir hasta la cúpula de la iglesia, que permite tener una bella vista desde los tejados de la Quito colonial.
En la mitad del mundo
El nombre de Ecuador proviene de la ubicación geográfica del país, en la famosa línea imaginaria del ecuador que divide la tierra en hemisferio norte y sur. Esa denominación la adquirió en 1830 tras la separación del territorio de la Gran Colombia.
Para conocer fehacientemente este hecho, nada mejor que una visita a la Mitad del Mundo, a 26 km de Quito. Aquí la principal atracción es el monumento a la Mitad del Mundo, lugar donde una misión geodésica francesa realizó entre 1736 y 1744 estudios para resolver dudas sobre la forma del globo terrestre. De ahí se deriva el Sistema Métrico Decimal, porque el Metro es la diezmillonésima parte de un cuadrante del meridiano terrestre, que fue medido por la misión.
Además de este hito, en esta zona se encuentra el Museo de Sitio Intiñán, el que -ahora con las técnicas de medición de GPS- certifica que se encuentra exactamente en la latitud 00° 00’ 00’’. Aquí de manera didáctica y a través de diversos experimentos se puede “comprobar” por cuenta propia que el agua gira en diferentes direcciones en cada hemisferio (sí, el famoso Efecto Coriolis que aparece en Los Simpsons), y también está la posibilidad -si es que se tiene paciencia- de balancear un huevo sobre un clavo. Entrada US$ 5. Más información aquí.
Sabores de Quito
Para conocer los sabores propios de una ciudad con tanta historia, nada mejor que incursionar en restaurantes con historia… y otros que están innovando con productos autóctonos.
Una opción clásica es el restaurante Octava de Corpus, ubicado en el Barrio San Marcos. El local tiene una decoración única y podría considerarse también como una verdadera galería de arte. Entre los platos imperdibles están sus chuletas de cerdo ahumadas, pescado al mignon y, cómo no, sus camarones ecuatorianos, en este caso, a la parmesana. Y para acompañar no se quedará corto en opciones, ya que cuenta con una cava de 130 etiquetas de vino diferentes.
Si lo tuyo es la innovación culinaria, la alternativa es Quitu, un escondido pero sorprendente restaurante ubicado en el barrio La Floresta, conocido como “el barrio creativo de Quito”.
Según sus creadores, la propuesta es crear platos nuevos con ingredientes nativos provenientes de agricultores, pescadores y artesanos de todas las regiones del país. Para ello, personalizan la degustación de acuerdo al abastecimiento diario y todas las restricciones y preferencias alimentarias de cada uno de los comensales.
¿Uno de los imperdibles? Su cochinillo cocido durante 36 horas… para chuparse los dedos. www.quitu.ec
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