Grecia cuenta con unas 2.000 islas, de las cuales alrededor de 200 se encuentran habitadas. Elegir apenas cuatro entre los muchos atractivos que siembran los mares con asombrosos paisajes, magníficas riquezas arqueológicas de diversas épocas y culturas, y pueblitos que superan por su belleza a las mejores postales, no es tarea fácil.
Tesoros del Egeo
Sin embargo, por variadas razones, algunas de ellas son paradas ineludibles en un viaje por la Grecia insular. Aquí lo invitamos a navegar el Egeo y anclar en Santorini, Mykonos, Creta y Rodas.
MYKONOS
Es quizá la más conocida de las Cícladas, archipiélago que se encuentra en medio del mar Egeo y al que también pertenece Santorini. Su paisaje árido con casas blancas de puertas y ventanas coloridas que caen a pique sobre un mar azul, sus tradicionales molinos y sus playas deslumbrantes, la convierten en la preferida de los viajeros, muchos de ellos atraídos por su agitada vida nocturna.
Su capital, Hora, es un laberinto de calles enredadas a propósito para despistar a los piratas que asolaban la isla en otros tiempos. Las casas de dos pisos de un blanco inmaculado –que se pintan religiosamente dos veces al año–, albergan tiendas y bares, y se intercalan con un sinnúmero de pequeñas capillas.
Sobre una elevación, el puerto es custodiado por los típicos molinos que antiguamente se usaban para moler el trigo que se sembraba en la isla, y de los que hoy queda apenas un puñado.
Otra visita imperdible es la del barrio de Alefkandras, en la parte baja, conocido como la Venecia de Grecia, por sus casas que terminan directamente a pique sobre el mar. Allí no faltan los bares ni los ateliers de artistas, que completan un delicioso paseo.
Caminando por el puerto podrá conocer a Petros, el pelícano de fama internacional alrededor del cual giran un sinnúmero de leyendas, protagonista infaltable de la típica foto.
Las playas son un enorme atractivo para los turistas de todo el mundo: están las familiares, las nudistas y las favoritas del segmento gay. La agitada vida nocturna también tiene una merecida fama internacional.
Quienes estén interesados en los aspectos culturales, no deben perderse una excursión a la cercana isla de Delos, que alberga uno de los principales yacimientos arqueológicos de Grecia.
SANTORINI
El blanco inmaculado de las casitas que se aferran a escarpadas laderas, interrumpido aquí o allá por la cúpula celeste de una iglesia o las flores de un balcón colorido, marca la identidad de esta isla de ensueño. Santorini, con su mar azul profundo, sus pintorescos burros trepando las callecitas empinadas, y sus terracitas asomadas a un paisaje de belleza impar, no puede faltar en ningún top 10 de los lugares más hermosos del mundo.
Sobre el paisaje de tarjeta postal sobrevuela también el mito de la Atlántida: aún hoy se observa claramente que la isla es parte de un volcán cuyo centro se encuentra bajo el mar, y que hizo erupción alrededor del siglo XVII a. de C. destruyendo parte del territorio y generando un fuerte impacto en el clima y la economía de toda la región.
Fira, la capital de Santorini, hace equilibrio precisamente en el borde del antiguo volcán. Además de recorrer sus calles con coloridas tiendas y tomar miles de fotos, también es posible disfrutar de algunas de las playas de la isla o sentarse en un bar frente al mar a comer pescado fresco. Otras opciones son bucear en ricos fondos marinos, hacer esnórquel o dar un paseo en barco por la zona conocida como La Caldera.
En materia de arqueología, no debe perderse el yacimiento de Akrotiri, con los restos de una antigua ciudad minoica.
Al atardecer, hay una cita impostergable: la puesta de sol en Oia, que reúne cada día a decenas de demudados espectadores.
Por la noche, los bares y restaurantes aguardan con sus terracitas iluminadas con velas, la plaza se anima, la música y el baile flotan en el aire y las playas se encienden con música electrónica.
CRETA
Con más de 8 mil km², Creta es la isla más grande de Grecia. De acuerdo con la mitología, estas tierras vieron el nacimiento de Zeus y es aquí donde se encontraba el laberinto que aprisionaba al temible Minotauro, burlado por Teseo y Ariadna.
Aunque sus riquezas naturales son innegables, en la isla se destaca el sitio arqueológico del Palacio de Knossos, que reúne los restos más importantes de la antigua civilización minoica. Los murales y esculturas que pueden observarse tanto en el palacio como en el museo arqueológico de Iraklion, son piezas únicas que maravillan a los viajeros. La Sala de los Delfines, el salón del Trono del Rey, el fresco del toro –símbolo de Knossos– y los almacenes con sus enormes vasijas, son algunos de los puntos más destacados de este palacio construido 2.000 años a. de C., que tenía unas 1.500 habitaciones y ocupaba alrededor de 17 mil m².
Debido a su extensión la isla cuenta con varios centros urbanos. Es frecuente elegir para alojarse a su capital, Iraklion, una ciudad moderna con todos los servicios; aunque otra opción es Chania, con un hermoso puerto rodeado de edificios venecianos y construcciones de influencia otomana.
Creta es también cuna de un pueblo con una arraigada identidad y fuerte personalidad que se refleja en su cultura, desde sus danzas y música hasta su gastronomía. Vale la pena tener en cuenta que la isla dispone de 1.000 km. de costas con hermosas playas.
RODAS
La mayor de las islas del Dodecaneso (1.398 km²) y la cuarta de Grecia por su tamaño, se encuentra a sólo 18 km. de las costas de Turquía. Esta ubicación estratégica la convirtió en una escala obligada para los cristianos durante las Cruzadas y marcó para siempre su historia y su fisonomía. Su capital está rodeada por imponentes murallas levantadas por los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, orden fundada en el siglo XI para proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa, que se establecieron en Rodas entre 1310 y 1522.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la Ciudad Vieja es considerada uno de los asentamientos medievales mejor preservados de Europa. Dentro de las murallas, que pueden trasponerse por sus siete puertas originales, se destacan el Palacio del Gran Maestre, el Hospital de los Caballeros y la antigua Catedral. También vale la pena recorrer su trazado de callejuelas estrechas y empedradas, con casas de piedra, arcos, torres medievales, minaretes y mezquitas, además de fuentes y plazas, tiendas de recuerdos, anticuarios y tabernas.
Otra típica postal de Rodas es el puerto de Mandráki, con sus tres molinos característicos. Allí se encontraba una de las Siete Maravillas de la Antigüedad, el Coloso de Rodas, enorme estatua de 37 m. de altura que daba la bienvenida a los barcos que pasaban entre sus piernas. En la actualidad, allí mismo se levantan dos columnas con ciervos de bronce.
La belleza de sus playas y su vida nocturna, también son destacadas entre la oferta europea.