A nivel internacional es reconocido como el “Puente que une el mundo”; no sólo por su localización estratégica sino también por ser la mayor obra de ingeniería, inaugurada hace más de 100 años. Se trata del canal de Panamá, una visita obligada para quienes arriban a Ciudad de Panamá.
Canal de Panamá: uniendo al mundo
Esta obra constituye un atractivo turístico único en el orbe, verdaderamente imponente. Acercarse a su historia y conocer su gestión actual permite entender la cultura y la idiosincrasia panameña. Además de las famosas esclusas del canal y sus imponentes barcos, también se pueden visitar museos históricos, monumentos y centros de observación.
Para entender un poco más y dimensionar el trabajo de ingeniería, cabe recordar que el canal de Panamá es una de las obras más destacadas del mundo. Su extensión es de 80 km. y va desde Ciudad de Panamá, en la costa pacífica, hasta Colón, en la costa del Caribe. Ese trecho proporciona el paso de más a 12 mil buques de alto calado y cruceros por año.
La construcción del canal comenzó en 1904, e inaugurado en 1914. Utiliza un sistema de esclusas –compartimiento con puertas de entrada y salida–, que funcionan como elevadores de agua, por la diferencia en altura que existe entre el océano Pacífico y el Atlántico con el lago Gatún, a 26 msnm.
Asimismo, cada juego de esclusas lleva el nombre de la ciudad donde fue construido: Gatún, Pedro Miguel y Miraflores.
Buques de todo el orbe transitan el canal de Panamá, las 24 horas del día, los 365 días del año. De hecho, la actividad de transporte comercial a través del canal representa alrededor del 5% del comercio mundial.
Debido a las nuevas demandas que genera el tráfico marítimo, en 2007 comenzaron los trabajos de expansión del canal, que permitirá duplicar la capacidad actual, a través de un tercer juego de esclusas.
EL CANAL POR DENTRO.
¿Qué visitar durante la estadía en Panamá para adentrarse en la historia y la actualidad de esta obra magnánima? La primera propuesta es acercarse a las esclusas de Miraflores, en el extremo noreste de la ciudad capital. Desde una plataforma diseñada para tal fin, los visitantes pueden apreciar, durante sólo 10 minutos, cómo ingresan los barcos a las esclusas y cuál es el proceso de nivelación del agua. Además, en este lugar se proyecta un documental en 3D con la historia del canal y su ampliación. También hay un museo que documenta cómo fue la construcción y destaca la diversidad de la flora y la fauna del lugar.
Para quienes quieren vivir la experiencia de navegar por el canal, empresas receptivas ofrecen cruceros de cinco horas, que parten de Balboa, un barrio al oeste de Ciudad de Panamá, para desandar las esclusas de Pedro Miguel y Miraflores, y terminar el viaje en Gamboa. Este recorrido incluye islas y canales donde se conoce la exuberante flora y fauna local, como monos cariblancos y aulladores, cocodrilos y aves de varias especies.
Otra opción es conocer el Centro de Visitantes de las Esclusas de Gatún, ubicado en la ciudad de Colón, en la entrada atlántica del canal de Panamá. Lo más valioso de este centro es que las esclusas son las más grandes y dónde más se elevan los buques para seguir su curso hacia el océano. Desde este lugar se puede apreciar desde el paso de un inmenso portacontenedores hasta pintorescos veleros tripulados por aventureros que buscan dar la vuelta al mundo. Asimismo, en Gatún se pueden observar los trabajos de extensión del canal, en el Centro de Observación de la Ampliación.
LA HISTORIA.
Otro atractivo de la ciudad es el Museo del Canal Interoceánico, frente a la plaza de la Independencia, en el Casco Viejo de Panamá. El museo ocupa el edificio donde funcionó, hace más de un siglo, la primera empresa que intentó construir un canal, que fue de origen francés. En múltiples salas de exhibición ofrece exposiciones permanentes e itinerantes que recrean diversos aspectos de la historia, cultura, visiones y tradiciones de Panamá.
Una construcción que permite tener una visión más acabada de la historia y el gerenciamiento actual de este estrecho es el edificio de la Administración del Canal de Panamá. Sus escalinatas conforman una de las postales inconfundibles del paisaje urbano. En su interior se revive la epopeya de la construcción del canal y el devenir económico y social de este país, tan vinculado a la administración de esta obra.
Asimismo, a los pies de las escalinatas del edificio se erige el monumento a Goethals, dedicado a la memoria del ingeniero estadounidense que completó la construcción del canal.
Por su parte, la calzada de Amador es una de las atracciones turísticas más visitadas de Panamá. Se trata de un pequeño puerto de salida de veleros que conecta la urbe con cuatro islas del océano Pacífico. Su vínculo con el canal es que esta zona fue erigida en 1913, con rocas excavadas durante la construcción del mismo. Además, este sitio formaba parte originalmente de un reducto militar estadounidense conocido como Fuerte Amador, establecido para proteger al canal. Luego de la independencia del país, esta zona se rediseñó como un mirador hacia al mar y se convirtió en uno de los lugares más visitados por locales y extranjeros.
PUENTE DE VIDA.
Finalmente, conocer el Biomuseo es la mejor manera de acercarse a la diversidad biológica y cultural de Panamá, diseñado por el reconocido arquitecto Frank Gehry. El edificio fue creado para contar la historia de cómo el istmo de Panamá surgió del mar, uniendo dos continentes y separando un gran océano en dos, cambiando la biodiversidad del planeta para siempre.
El Biomuseo está ubicado en la calzada de Amador y desde allí se puede observar con claridad el perfil de la ciudad moderna, el Casco Antiguo, el cerro Ancón y el puente de las Américas.
Cabe recordar que este espacio propone tres recorridos, según el perfil y el interés del viajero:
• La visita guiada estándar: recorre la exhibición central “Panamá, puente de vida”, con la compañía de un guía interpretativo certificado. Dura una hora y se puede solicitar un tratamiento especial para familias y niños.
• Visita exclusiva: se trata de un recorrido a puertas cerradas que incluye la exhibición central, las muestras temporales y una gira arquitectónica por el Biomuseo. Dura dos horas y ofrece una atención personalizada.
• Visita arquitectónica: esta última opción propone un recorrido interpretativo del edificio, realzando su belleza arquitectónica.
En cualquiera de los tres casos, la visita debe reservarse con dos semanas de antelación y pagarse por adelantado.
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