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Suiza

Irresistible belleza en el corazón de Suiza

En el centro de Suiza, con un marco natural y arquitectónico soberbio, Lucerna se jacta de ser la más turística de las ciudades y por su carácter cultural.

Los cisnes, de una blancura inmaculada, aletean sobre el agua y giran con una elegancia y perfección supremas, difíciles de igualar sobre las tablas de los teatros. El escenario en el que se lucen es el lago de los Cuatro Cantones (Suiza), de una tonalidad azul intensa, que se cubre de bruma por la mañana y del baño dorado del sol al atardecer, abrazado por las elevaciones alpinas y una fascinante arquitectura medieval.

Este idílico enclave yace en el corazón de Suiza; se trata de Lucerna, la ciudad que sedujo y cobijó a Goethe y Richard Wagner, entre otros célebres personajes. Allí mismo donde, según cuenta la leyenda, Guillermo Tell dio el grito de guerra contra el dominio de los Habsburgo.

Lucerna es muy pequeña, pero desborda de encanto y atractivos. De hecho, es la más turística de todas las ciudades suizas, y probablemente la más linda.

Se encuentra en la parte alemana de Suiza, y debido a sus amplias propuestas de actividades, museos, teatros y festivales se estableció como una ciudad cultural. A lo que se suman las tentadoras opciones de compras, destacada hotelería y excelente gastronomía.

¿Qué conocer en Lucerna?

Sin dudas, el sitio indicado para comenzar un recorrido por esta ciudad de Suiza es el puente techado de la Capilla (Kapellbrücke), ícono de Lucerna, junto con su depósito de agua octogonal, que data del siglo XIV y cruza el río Reuss, en el casco antiguo.

Al transitarlo es menester dedicarle tiempo a las pinturas triangulares suspendidas a lo largo de su tejado, obras de Heinrich Wägmann –del siglo XVII– que reproducen los sucesos más destacados de la historia y mitología de Suiza.

Desde este y otros puentes se accede al casco antiguo de la ciudad, extremadamente pintoresco no sólo por sus construcciones medievales muy bien conservadas, con fachadas cubiertas de coloridos frescos, sino porque en esa zona no se permite la circulación de automóviles. Así, el viajero se deleita con un área peatonal bellísima, en la que sobresale una buena cantidad de plazas secas, como la del Mercado del Vino (Weinmarkt), con su notable fuente.

En cuanto a templos religiosos, la iglesia jesuita de Lucerna despunta por ser el primer edificio sagrado de estilo barroco de Suiza. Fue construida en 1666 por Pater Christoph Vogler, quien estaba al servicio de los monjes de dicha orden, y en su capilla aún se conserva el hábito original del Hermano Klaus, patrón del país.

El Monumento al León es otro de los atractivos imperdibles de esta ciudad de Europa. Tal como lo describió Mark Twain, es “el trozo de roca más triste y conmovedor del mundo”. Se trata de una imagen de un león moribundo esculpida sobre piedra por Lukas Ahorn, en 1820, como homenaje a los soldados suizos que murieron defendiendo a Luis XVI durante la Revolución Francesa.

A pocos metros de esta escultura se encuentra el Jardín del Glaciar (Gletschergarten), un monumento natural que permite observar las huellas que dejó la era glaciar por estos lares, hace 20 millones de años, así como una marmita de casi 10 m. de profundidad y 8 m. de diámetro, moluscos y helechos petrificados. En tanto, en el Museo del Glaciar se proyectan audiovisuales y se exhiben restos fósiles, presentaciones multimedia y exposiciones especiales.

Asimismo, en el Jardín del Glaciar se puede acceder a una torre panorámica, con paradas didácticas y hermosas vistas de la ciudad. También hay un laberinto de espejos al estilo de la Alhambra de Granada.

Cerca de allí se encuentra el Bourbaki; una pintura circular de 112 m. de largo, obra de Edouard Castres de 1881, en la que plasmó escenas de la guerra franco-prusiana.

Otro de los puntos de mayor interés son las murallas medievales de esta ciudad de Suiza (Museggmauer), no sólo por su valor histórico y arquitectónico, sino porque desde allí pueden obtenerse muy lindas vistas panorámicas de la ciudad.

De regreso, es imprescindible cruzar el puente de Spreuer (Spreuerbrüke), más pequeño que el de la Capilla, pero que conserva toda su estructura original de 1408, cuando fue construido como parte de la mencionada muralla.

Según cuentan, éste era el único sitio de esta ciudad de Europa donde estaba permitido tirar paja (spreu) al río en la Edad Media. También ostenta pinturas triangulares debajo de su techo, en este caso obra de Caspar Meglinger.

Sitios culturales en Lucerna.

Además de la fascinante arquitectura medieval, Lucerna atesora un impactante edificio posmoderno. Se trata del Kultur und Kongresszentrum (KKL), obra del afamado arquitecto francés Jean Nouvel.

Este centro cultural y de congresos se encuentra frente al lago, junto a la terminal de trenes, y es otro de los íconos de esta ciudad de Suiza. Sobresale fundamentalmente por su enorme techo suspendido en el aire y porque, según aseveran reconocidos músicos y directores de orquesta que actuaron allí, la acústica de la sala principal es la más perfecta que existe en la actualidad.

El secreto está no sólo en los materiales empleados, sino en que es alta y estrecha, y fue construida en parte por debajo de la superficie del lago. Es algo así como una gran burbuja de silencio.

En el KKL se llevan a cabo variados espectáculos culturales durante el año, además del Luzern Festival, de gran reconocimiento mundial. Está dividido en tres temporadas de conciertos: Semana Santa, Verano y “En el piano”, en noviembre.

Dentro del edificio también funciona el Museo de Arte, con una colección permanente y muy buenas exposiciones temporales.

Si de museos se trata, el Museo del Transporte resulta fascinante y es uno de los más destacados de Suiza. Ideal para niños, ofrece un viaje interactivo al conocimiento. Sus 20 mil m2 de exhibición están divididos temáticamente: unidades ferroviarias, de carretera, de navegación, de aviación, teleféricos, instrumentos de comunicaciones y hasta cohetes espaciales forman parte de la experiencia. En el Swissarena, en tanto, una fotografía gigante del territorio suizo invita a caminar sobre él y explorarlo. El Museo Hans Enri, el cine 3D y el planetario también forman parte de los atractivos del lugar.

La visita se complementa con la Swiss Chocolate Adventure: una propuesta de la chocolatería Linz, que consiste en un viaje a través de los orígenes y la producción del chocolate suizo, a bordo de un bombón gigante que recorre varias estaciones para experimentar con todos los sentidos.

Por su parte, el encantador Museo Richard Wagner ocupa la antigua residencia del compositor en Tribschen, en la orilla sur del lago, y alberga numerosos instrumentos musicales, con algunas rarezas como un órgano de regalía (portátil). Son imperdibles tanto la visita a la casa como las pacíficas vistas del lugar.

Otros museos destacados de Lucerna son el Sammlung Rosengart –con notables obras de reconocidos artistas–, el Museo de Arte de Lucerna, el Museo de Ciencias Naturales y el Museo de Historia.

Si a todas las propuestas mencionadas en este enclave de Suiza adicionamos el Grand Casino Luzern, seductoras opciones de compras –sobre todo de chocolates y relojes–, posibilidades de playas y pileta en el Strandbad Lido, senderos arbolados junto al lago, bares y restaurantes con excelentes propuestas y terrazas al aire libre, Lucerna resulta definitivamente irresistible.

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