Como un mar verde, envuelto en ríos de colores y llanos, se visualiza Guaviare desde los cielos. El río Guaviare parece una anaconda bien alimentada que se extiende sobre el piedemonte. Y justo en su orilla, donde los llanos hacen transición hacia las selvas húmedas del sur del país, se ubica el departamento del Guaviare: uno de los departamentos más hermosos de Colombia.
Guaviare tiene una extensión de 53.460 km2 y es reconocida por su basta naturaleza y biodiversidad única. En sus cuatro municipios –San José, El Retorno, Miraflores y Calamar–, este departamento se caracteriza por reunir etnias indígenas y colonos de distintas partes del país.
Navegar por lagunas transparentes, caminar por cuevas oscuras, acercarse a cuevas suspendidas en el aire, nadar en ríos de colores o cristalinos y admirar murales de pinturas hechos por indígenas amazónicos son algunas de las actividades que este maravilloso departamento de Colombia ofrece.
El sinnúmero de atractivos de Guaviare.
Los atractivos son innumerables. Sea por el acervo cultural o los paisajes naturales, el Guaviare ofrece una serie de espacios para relajarse y disfrutar de un ambiente entre ecológico y étnico.
Entre sus destinos más aclamados están las pinturas rupestres de Cerro Azul, Nuevo Tolima, que incluye más de 1.000 pictogramas en una sola sección.
También es posible realizar una caminata por la serranía de La Lindosa, la Puerta de Orión y la Ciudad de Piedra: una serie de formaciones rocosas que son producto del escudo guayanés –cuya edad geológica es muy antigua y que también se pone de manifiesto en Venezuela, Brasil, Guyana, Surinam y Guayana Francesa–.
Uno de los atractivos más alucinantes del Guaviare es el Parque Nacional Natural Chiribiquete, cerrado al público aunque con posibilidad de conocerlo desde otra perspectiva.
A Chiribiquete se la puede visitar en sobrevuelo en avioneta, saliendo desde Bogotá, Villavicencio o San José, para contemplar las miles de hectáreas en estado vírgenes.
Pero eso no es todo. Dar una vuelta por los pozos de origen natural, navegar el río Guayabero en el límite con la serranía de La Macarena, visitar el curso de agua Guaviare o dejarse encantar por el avistamiento de aves, también son algunas de las actividades que cualquier turista puede hacer en la región.
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