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Argentina

Península Valdés: reserva libertad

Este paradisíaco escenario natural, que se localiza en Chubut, brinda un espectáculo único entre mayo y diciembre, cuando la ballena Franca Austral llega para cumplir con su ciclo reproductivo. El destino se destaca, además, por la búsqueda constante de un encuentro armónico entre visitantes y naturaleza.

Lo primero que nos pide el guía es que bajemos las cámaras, que estemos completamente dispuestos a ver con nuestros propios ojos la maravilla que se abre camino en el mar para cumplir con su ciclo reproductivo. Inmensa, juguetona, amigable, libre, la ballena Franca Austral no parece inquietarse por la presencia del barco, ni por sus ocupantes, ella sigue acercándose a nosotros, exhibiendo todo su esplendor.

Península Valdés se ubica sobre el mar Atlántico, a 77 km. de la localidad de Puerto Madryn. Además de las gigantescas ballenas –que entre mayo y diciembre llegan hasta estas costas para reproducirse y criar a sus ballenatos–, la zona alberga lobos y elefantes marinos, pingüinos, numerosas aves, guanacos y otras especies terrestres, que se concentran en esta Reserva Natural de 360 mil ha., sinónimo de libertad.

Llegar a la península nos permite disfrutar de un paisaje natural de enorme belleza. Luego de partir desde Puerto Madryn se arriba al istmo Carlos Ameghino, que conecta a la península con el continente. Allí, la inmensidad del mar patagónico nos propone empezar a soñar con lo que nos deparará el viaje.

En el punto de acceso a la Reserva de Península Valdés se localiza el Centro de Interpretación Florentino Ameghino y el Museo Regional Fuerte San José, ideal para informarse a fondo acerca de los lugares que se visitarán y su geografía, flora, fauna e historia.

Después de recorrer unos 25 km. sobre una típica estepa se abre de repente un horizonte azulado entre acantilados dorados. Esta vista inigualable corresponde a Puerto Pirámides, el único asentamiento poblacional de la reserva y uno de los lugares más privilegiados para observar a las ballenas. En la actualidad, la actividad turística de la zona busca poner en valor los recursos naturales con el propósito de lograr un entorno armónico para visitantes y naturaleza.

TURISMO Y CONSERVACION.

“Sin dudas, el valor más relevante de la reserva es la vasta biodiversidad de fauna, tanto terrestre como marina. La ballena Franca Austral –especie que alcanza el mayor asentamiento reproductivo en el mundo– es la más importante de la zona. Otra de las características más salientes de la región es su geomorfología. La geografía de Península Valdés está caracterizada por la presencia de altos acantilados con extensas restingas, playas arenosas y de canto rodado. Pequeñas bahías y numerosos islotes completan el escenario de nuestras costas, que están formadas por roca sedimentaria, cuyo proceso a lo largo de millones de años permitió que diferentes estratos se consolidaran y representen hoy un gran muestrario de nuestro pasado. Esta área tiene un inigualable valor geológico. Por este motivo, nuestra labor radica en proteger, preservar y valorar los perfiles del terciario, representados en nuestras costas. El objetivo general es lograr la conservación de esta área, que cuenta con características inéditas para la vida de especies terrestres y marinas, y cuya concentración y diversidad la ha posicionado entre los principales destinos turísticos del mundo”, explicó Luís García Trucco, director de Turismo de Puerto Pirámides.

LA DECLARACION

Península Valdés fue declarada Patrimonio Natural Mundial por la Unesco en 1999, debido a que en muchos casos las especies que habitan la zona están en peligro de extinción. Por este motivo, en la actualidad, el turismo impulsa la revalorización y conservación de los recursos naturales con el objetivo de vivir en armonía con la naturaleza.

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